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El control de los parásitos en nuestro perro no sólo es una cuestión de higiene, sino de salud. Por ello es muy importante que llevemos a rajatabla los protocolos de prevención utilizando todas las herramientas con las que contamos para evitar que los parásitos lleguen a nuestro perro. Aquí os hablaremos de las enfermedades que uno de ellos puede transmitir a nuestro querido peludo en caso de que llegue a picarle. Hablamos de las enfermedades transmitidas por las garrapatas.

1. PARÁLISIS POR PICADURA

En los perros es producida por garrapatas del tipo Rhipicephalus, Dermacentor e Ixodes. La saliva de la garrapata posee componentes de efectos neurotóxicos; las neurotoxinas que porta el parásito llegan a bloquear la transmisión neuromuscular, lo que de forma clara y evidente puede conducir a la muerte.

Los primeros síntomas se aprecian tras 4-6 días de producirse la picadura: falta de sensibilidad en extremidades, cojeras, incoordinación, dificultad respiratoria, hiper o hipotermia, vómitos, problemas cardiovasculares… La muerte suele aparecer tras la parálisis de los músculos torácicos.

Desgraciadamente el problema puede surgir tras la picadura de una sola garrapata.

2. BORRELIOSIS O ENFERMEDAD DE LYME

Enfermedad causada por Borrelia burgdorferi y transmitida en Europa por la garrapata Ixodes ricinus. Esta patología cursa principalmente con poliartritis en el perro (inflamación de varias articulaciones). La garrapata es infectada en el verano por Borrelia; durante esta época se produce su desarrollo en el interior de la garrapata, y en el otoño se produce la picadura en el perro y la transmisión de la enfermedad.

La Borrelia realiza una migración por el interior de la garrapata desde distintas partes de su aparato digestivo hasta las glándulas salivares; cuando alcanzan esta posición, estarán preparadas para penetrar en el perro acompañando a la saliva de la garrapata.

Este trayecto del agente infectante por el interior de Ixodes dura de 24 a 48 horas.

Nuestro animal de compañía puede pasar largos períodos de tiempo sin manifestar síntomas; sin embargo, cuando aparece la fase aguda de la enfermedad podemos apreciar: elevación de la temperatura (40,5 grados centígrados o más), dolores articulares, artritis (inflamación de las articulaciones), mialgias (dolores musculares), cojeras, aumento del tamaño ganglionar, letargia, anorexia… En ciertas ocasiones también puede producirse meningitis, alteraciones del sistema nervioso central y dolores en cuello y cabeza, que se manifiestan con resistencia a realizar movimientos que afecten a estas zonas.

En contadas ocasiones también pueden aparecer arritmias y fallos renales. Pueden verse afectados perros de cualquier raza, edad y sexo.

3. EHRLICHIOSIS

Esta enfermedad es producida por ricketsias (Ehrlichia canis, E. Chaffeensis, E. Ewingii, E.equi, E.platys) que transmite la garrapata Rhipicephalus sanguineus. Esta patología fue descubierta en 1935, pero adquirió su mayor relevancia en la guerra de Vietnam cuando acabó con la vida de cientos de perros de trabajo militar. La garrapata parasitada por la rickectsia pica a un perro… una vez que la ricketsia está en el interior del animal se disemina a través de la sangre y del sistema linfático hasta alcanzar vísceras tan importantes como el hígado, bazo y gánglios linfáticos.

Tras esta diseminación a tan importantes órganos, puede dirigirse a las meninges.

Tras un período de entre seis y dieciocho semanas (con posible ausencia de síntomas) el animal puede presentar anemia y disminución del número de glóbulos blancos. En la fase aguda de la enfermedad el animal presenta depresión, anorexia, fiebre, perdida de peso, secreciones oculares y nasales, disnea (dificultad respiratoria), aumento del tamaño ganglionar, edemas en extremidades y escroto…

Estos síntomas pueden desaparecer en una a dos semanas si se aplica el tratamiento oportuno. Si se producen síntomas nerviosos por la diseminación del agente patógeno a las meninges, se podrán observar deficiencias neurológicas (hiperestesia, deficits en los nervios craneales) y meningitis.

Si la patología se hace crónica, los síntomas principales son: alteraciones hematológicas, hemorragias pulmonares asociadas o no a tromboembolismo, anemia, pérdida severa de peso, debilidad, uveitis, hemorragias en la retina, signos neurológicos, epístasis (sangrado nasal)…

4. BABESIOSIS

La babesiosis es producida por Babesia canis que es transmitida en Europa por Rhipicephalus sanguineus, Dermacentor reticulatus e Ixodes canisuga.

Esta enfermedad aparece principalmente en los meses cálidos de primavera y verano, aunque también se dan casos en otoño e invierno en el sur peninsular, donde las garrapatas habitan todo el año. Cuando la garrapata infectada por Babesia pica, inocula las formas infectantes llamadas merozoitos, que penetran en las células sanguíneas comenzando su ciclo de divisiones.

La babesiosis puede presentarse de forma aguda o crónica: – Forma aguda: tras diez a ventiún días de la entrada del agente patógeno; el perro presenta fiebre (de hasta 41 grados), falta de apetito, diarreas, vómitos, problemas respiratorios y apatía. – Forma crónica: fiebre intermitente, marcada pérdida de peso, alteraciones hepáticas (ictericia), alteraciones de bazo, incluso la muerte por “shock”.

5. HEPATOZOONOSIS

Enfermedad causada por protozoos (dos tipos: Hepatozoon canis, en Europa, y Hepatozoon american, en Texas – EEUU) y transmitida por la garrapata Rhipicephalus sanguineus.

Patología de incidencia estacional, en los meses cálidos de primavera y verano. Suele asociarse a malas condiciones higiénicas y en ejemplares con carencias nutricionales de sistema inmunitario deteriorado.

No te la juegues y ¡¡presta atención a la DESPARASITACIÓN!!

Fuente: http://www.nuestroperro.es/blog/

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